Acolchados biodegradables, alternativa adecuada para reemplazar al polietileno
La calabacita, Cucurbita pepo L., pertenece a la familia de las cucurbitáceas y tiene un hábito de crecimiento erecto a pesar de su tallo herbáceo. Este cultivo se encuentra entre las diez hortalizas económicamente más importantes en nuestro país. Las plantas son monoicas, es decir, tienen flores masculinas y femeninas. Tiene una baja capacidad de competencia con las malas hierbas y por ello los agricultores deben realizar un control de malezas durante todo el ciclo de crecimiento del cultivo.
Se entiende por lo tanto que el uso de mantillos puede reducir simultáneamente el costo del control de malezas y ahorrar agua. En general, esta hortaliza se puede cultivar bajo sistemas de riego por microaspersión, aspersión, surcos y goteo, siendo este último el más común. Sin embargo, aún se dispone de información sobre los coeficientes adoptados para la gestión del riego mediante acolchados. Las técnicas de riego y acolchado, cuando se emplean juntas, permiten un alto rendimiento y rentabilidad en el cultivo de hortalizas. El uso del riego promueve pequeñas fluctuaciones en la humedad del suelo en la zona radicular y mantiene la humedad del suelo a un nivel cercano a la capacidad del campo. Estos factores intensifican la evaporación del agua del suelo, es decir, aumentan las pérdidas en la porción de agua que no participa en ningún proceso fisiológico/metabólico de la planta. Tradicionalmente, para evitar pérdidas de agua por evaporación, se ha utilizado paja o simplemente los restos de hojas en descomposición como mantillo. Sin embargo, debido a que muestra mejores resultados para el ahorro de agua y tiene varias otras ventajas, el polietileno se ha convertido en el material más utilizado para este propósito. El polietileno, debido a su constitución química, no es biodegradable en condiciones naturales. Por lo tanto, la película de polietileno debe eliminarse del suelo después del final del ciclo de cultivo.
Sin embargo, los residuos plásticos pueden acumularse y dar lugar a un uso insostenible de la tierra, además de causar problemas ambientales. Los principales problemas que pueden ocurrir son obstrucción de la infiltración, percolación y translocación de agua y nutrientes en el suelo; efectos negativos sobre la germinación y el crecimiento de las raíces; salinización secundaria de la capa superficial del suelo y formación de sustancias nocivas para las plantas después de la degradación del polietileno, como ésteres de ftalatos, ftalato de di-(2-etilhexilo), aldehídos y cetonas.
En este contexto, existe una búsqueda continua de componentes químicos biodegradables para constituir acolchados. Actualmente, las materias primas con gran potencial y alta sostenibilidad son las fuentes de carbono renovables como el almidón, la celulosa y los aceites vegetales. Todavía están surgiendo estudios relacionados con los mantillos biodegradables, pero ya hay estudios que demuestran que los acolchados biodegradables no comprometen el rendimiento de los cultivos.
Los mantillos biodegradables incluyen papel –fibra celulósica–, ácido poliláctico, poliéster y maíz, caña de azúcar o almidón de papa. Además, los acolchados biodegradables pueden descomponerse por fotodegradación o biodegradación, reduciendo así el costo de remoción y eliminación. Los informes indican que el rendimiento y el control de malezas son comparables a los obtenidos con el acolchado de polietileno en muchos cultivos. Sin embargo, para ser adecuados, los mantillos biodegradables deben ser eficientes en la conservación de la humedad del suelo y el control de las malas hierbas, principalmente en climas tropicales. Se ha demostrado que el uso de mantillo en asociación con el riego por goteo es adecuado para la producción mundial de calabacín tanto en campo abierto como en cultivos protegidos, la papa y el tomate.
Mayores eficiencia del riego y fertirrigación con el uso de riego por goteo
Entregándose a la planta cultivada constantemente un pequeño volumen de agua en la zona radicular, es posible aumentar la eficiencia del riego y la fertirrigación. Los tipos de mantillo y las características de los sistemas de riego por goteo pueden influir en la distribución del agua del suelo, principalmente en la capa superior del suelo de 0 a 20 cm, que tiene las concentraciones más altas de raíces de calabacín. Los cambios espaciotemporales en el contenido de agua del suelo pueden afectar la evapotranspiración. Por lo tanto, se debe estudiar el impacto de los diferentes tipos de mantillo y el riego por goteo en el consumo de agua de calabacín, el ahorro de agua y el rendimiento. Un parámetro esencial en el diseño de sistemas de riego por goteo es el porcentaje de suelo mojado, que es el área mojada como porcentaje del área total irrigada.
Los porcentajes de suelo mojado que son demasiado bajos pueden causar un crecimiento y distribución deficientes de las raíces, lo que resulta en estrés hídrico, mientras que los porcentajes de suelo mojado que son demasiado altos pueden causar una aireación deficiente del suelo, un drenaje profundo y una alta evaporación del suelo, lo que resulta en una baja eficiencia en el uso del agua y los fertilizantes y la contaminación de las aguas subterráneas.
Los cambios en los porcentajes de suelo mojado requieren diferentes frecuencias de riego, lo que afecta el régimen hídrico del suelo, lo que puede influir en la distribución de las raíces, el transporte de solutos, la absorción de agua por las raíces y el rendimiento. Determinar un porcentaje adecuado de suelo mojado podría aumentar el rendimiento y conservar el agua.
La literatura reporta varios estudios utilizando diferentes tipos de papel como mantillo, pero el papel Kraft fue el más utilizado debido a su durabilidad. Cuando se usa como mantillo, el papel puede reducir la temperatura del suelo, controlar las malezas y ahorrar agua. Aunque el papel reciclado tiene un gran potencial como acolchado debido a su durabilidad y resistencia mecánica, la investigación científica sobre el uso de este material como acolchado en la agricultura es escasa. Los estudios que utilizan papel reciclado como acolchado son necesarios para evaluar la reducción de la evaporación del agua y obtener coeficientes técnicos para los cultivos agrícolas cultivados en Brasil. Esto es muy importante para ciertos cultivos, como el calabacín italiano.
Una opción actual para estimar el coeficiente de cultivo (Kc) es el uso del índice de vegetación. Dado que la atribución de los valores de Kc está directamente relacionada con el ciclo fenológico del cultivo, los estudios sugieren que se pueden utilizar los perfiles temporales de los índices de vegetación. Entre los índices de vegetación desarrollados, el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) es el más utilizado debido a su sensibilidad a la presencia de pigmentos que participan en procesos fotosintéticos, así como a su sencilla aplicación, lo que permite la detección rápida y eficiente de variaciones en la vegetación.